El Castell de Castelldefels es mucho más que un castillo, es un complejo lúdico y cultural que ofrece diferentes opciones: pasear libremente por los jardines, visitar Piratia y el propio castillo y disfrutar de las numerosas actividades que se organizan a lo largo del año.
El Castillo de Castelldefels, situado en la franja costera entre el macizo del Garraf y Barcelona, es el símbolo protector e icónico de la ciudad. La iglesia que hay a su interior, datada del siglo X, es su la parte más antigua y está construida sobre restos ibéricos y romanos.
El Castillo sirvió durante siglos para el control territorial y defensivo de la ciudad contra las invasiones árabes, y entre los siglos XVI y XVII, contra los ataques de piratas berberiscos.
El año 1897 Manuel Girona, banquero y político catalán, compró y rehabilitó el Castillo, que se encontraba en estado de ruinas. Durante la guerra civil fue utilizado como centro de instrucción militar por las autoridades republicanas y, posteriormente, la iglesia se convirtió en un cuartel de los brigadistas internacionales y en prisión preventiva de desertores e indisciplinados.