El Palacio Nacional de Queluz encanta tanto por su magnificencia como por la exuberancia de sus detalles arquitectónicos, estrechamente ligados a la vida de tres generaciones de la Familia Real portuguesa y escenario de intensas emociones. El Palacio refleja también la evolución de los gustos y estilos a lo largo de las diferentes épocas, desde el Barroco hasta el Rococó y el Neoclasicismo.